Cuando la Reforma Constitucional de 1.994 eliminó el Colegio Electoral y el Presidente pasó a ser votado en forma directa por los ciudadanos disminuyó el poder político de las gobernaciones en general y se incrementó el de las regiones más pobladas.
La Prov. de Bs As concentra el 40% del padrón electoral, más claro, casi la mitad de los votantes que deciden quién ocupará el sillón de Rivadavia. Al interior de la provincia, gran parte de los distritos del conurbano suman más votos que provincias medianas. Lo inexplicable es que los intendentes del conurbano no se hubieran dado cuenta antes de su poder real.
Sinérgicamente, la raquítica economía de la provincia, relegada en la coparticipación federal y sin el Fondo del Conurbano, contribuyó a una descentralización de hecho de funciones teóricamente a cargo del gobierno provincial como salud, educación y seguridad, proceso mediante el cual los intendentes incrementaron su autonomía. Las políticas erráticas de financiamiento nacional, con fondos asignados a obras tal vez importantes, pero que no respondían a las necesidades urgentes de los ciudadanos del lugar, obligaron a los intendentes a asegurar la sustentabilidad de los municipios con fondos propios.
La palabra “intendente” es una rémora de épocas de menor complejidad institucional y se refiere a una especie de administrador de consorcio ocupado del mantenimiento de los espacios comunes.
La envergadura y la complejidad que han adquirido los municipios del conurbano bonaerense y la descentralización/desentendimiento de funciones que históricamente desarrollaba el gobierno provincial han determinado un proceso de transformación de los gobiernos locales de gestores de servicios básicos a modelos de gestión integrales que promuevan el desarrollo local, asumiendo la responsabilidad de gestionar y articular la totalidad de los problemas y recursos de su territorio.
Por su parte, los ciudadanos saben que la protección de los derechos que reglamentan leyes y normas, pueden ser ejercidos dependiendo en gran parte que exista una estructura de proximidad que los de a conocer y controle su cumplimiento.
Esta realidad exige que los intendentes actúen como jefes de gobierno, que puedan pensar el municipio en términos de desarrollo local, impulsando el crecimiento y la creación de empleo para dinamizar la economía e incrementar los recursos necesarios para invertir en infraestructura y servicios, y en mayor equidad
La irrupción de Sergio Massa, además del desgaste del gobierno y de sus propios méritos, obedece a este proceso. Él es el mejor exponente de este nuevo concepto de gestión municipal pero también es el primero en darse cuenta del poder real de los intendentes y hacerlo valer.
Más allá de su figura, expresa un proceso de cambio cuyo eco se va a sentir inexorablemente en gestiones municipales desgastadas como ya sucedió en San Martin y San Fernando porque a diferencia de situaciones políticas donde el candidato triunfante solo expresaba el malestar de la población, el fenómeno Massa cabalga sobre una ola de demandas de los ciudadanos hartos de discursos ideológicos, muchas veces compartidos, pero que luego no se verifican en la realidad.